El partido comenzó con los azulgranas al mando, presionando bien arriba y haciéndose con el balón con relativa facilidad. Así gozaron de sus primeras oportunidades durante los primeros 15 minutos, con una vaselina frustrada de Javi Gracia y una falta lanzada por Luis. El Perdiguera crecía en el campo gracias a sus contras que vislumbraban la velocidad de su ataque. Y es que eso fue el Perdiguera. Su peligro sólo llegó en balones parados que inquietaban a la defensa local o en rápidos contragolpes de sus buenos puntas. En una de estas cabalgadas llegaría el único gol del encuentro que el Villanueva reclamó persistentemente al asistente por posible fuera de juego. Los de Gascón reaccionaron metiendo al Perdiguera en su campo siendo ésta la tónica del partido. Y es que la suerte también es un factor importante y la diosa Fortuna, otra vez, se olvidó del Villanueva.
La segunda mitad empezó igual con un Perdiguera sin ideas y atrás, limitándose a contener el resultado y dar pelotazos. Los locales no dejaron de fabricar fútbol y las oportunidades surgían. Rafa Bueno mandó un derechazo lejano a la cruceta, Jesús Calvo no acertó a rematar un centro medido desde la izquierda, los delanteros probaban con disparos desde la frontal, pero nada, el portero y la suerte lo impedían. Y llegaron las prisas y los nervios cuando se acercaba el final del partido. Se impuso la experiencia de los visitantes entonces: se limitaron a perder tiempo y abroncar un partido que concluyó con un Villanueva volcado y unos jugadores fundidos tanto física como moralmente. No podía ser. Tres puntos nuevos que se escapan en un choque que dominaron de principio a fin. Impotencia, o lo que es lo mismo, tocados y hundidos.
INCIDENCIAS:
Alineación Villanueva “B”: Burgos; Néstor, Darío, Héctor, Arpa; Dani Vicente (Nacho), Luis, Rafa Bueno, Jesús Justo (Calvo); Javi Fernández y Javi Gracia.
Fuente foto: Alfonso Corral
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