El choque comenzó con ambos conjuntos temerosos, estudiándose, más bien preocupados de no cometer ningún error que de desarrollar el buen juego al que están acostumbrados. Tras estos primeros minutos, el Montecarlo impuso un ritmo superior. Su capitán, Ripol, tomó el mando y empezó a crear juego. Por el contrario, los de Gascón intentaban llegar con balones largos al marco rival, pero chocaban contra su portentosa zaga. Una vez asentados en el campo y con los roles definidos se adelantó el Montecarlo en el marcador gracias a una rápida contra. Pese a ello, el Villanueva estiró sus líneas y Pablo lo aprovechó cinco minutos más tarde para fusilar al portero restableciendo las tablas al final de la primea mitad.
Tras la reanudación el Motecarlo salió en tromba a por los tres puntos. No podía con un correoso Villanueva que sabía como defenderse, cerrándose bien atrás y presionando la salida del balón. Sin embargo, fue el equipo de Javier Abad el que mojó de nuevo, esta vez tras varios rechaces tras un saque de esquina. Respondieron pronto los locales. Otra vez Pablo empató el partido con un golazo, una gran volea después de controlar el balón con el pecho. Tan sólo quedaban 20 minutos por disputar y comenzaba un partido nuevo. Tiempo de sufrimiento y calvario para el Villanueva fruto del cansancio y la profundidad del banquillo rival. Al final, los visitantes anotaron dos goles en apenas cinco minutos sentenciando un partido en el que nada se puede reprochar a un Villanueva que dio todo, luchando hasta la extenuación.
Fotografía de archivo. Alfonso Corral
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